“Almuerzos sin scroll”: el microhábito de bienestar que está creciendo en todo el mundo
Por: Emideth Majul
No necesitas una rutina perfecta ni apps de meditación para sentirte mejor. A veces, solo necesitas comer sin mirar tu teléfono.
En medio de la hiperconectividad diaria, una tendencia silenciosa está tomando fuerza en redes sociales y cafeterías urbanas: comer sin scroll. Sin notificaciones, sin videos, sin multitasking digital. Solo tú, tu plato… y el momento presente.
📲 ¿De dónde viene esta tendencia?
Originada en parte por movimientos de mindful eating y popularizada recientemente por challenges de TikTok y cafés como Soma Café (CDMX), NADA Café (Barcelona) o Reunion (Brooklyn), esta práctica propone algo radicalmente simple:
guardar el celular mientras comes.
No como castigo. Sino como acto de presencia, descanso y autocuidado.
🧠 ¿Por qué es importante?
Estudios del Center for Mindful Living y el MIT Media Lab revelan que comer sin distracciones digitales:
Mejora la digestión
Disminuye el estrés postprandial
Aumenta la sensación de saciedad (y reduce el “hambre emocional”)
Mejora la regulación emocional y el humor durante el día
Reconecta a las personas con la experiencia física de nutrirse
Desconectarte mientras comes no te aleja del mundo… te acerca a ti.
🍵 ¿Cómo empezar?
Elige una comida al día donde guardes el celular (y sí, avísalo si te da paz hacerlo)
Observa el color, aroma y textura de tu comida antes de probarla
Mastica con calma. Sin prisa. Sin scroll.
Nota cuándo tu mente quiere distraerse… y regresa a la experiencia
Si estás con alguien, hazlo doblemente significativo: almuerzo sin scroll, pero con conversación.
🌍 Cafés que ya lo están promoviendo
Reunion Café (Brooklyn): 10% de descuento si dejas el celular en una caja sellada
Soma Café (CDMX): cartel en cada mesa que invita a “probar el silencio” durante la comida
Nothing Phone Pop-Up (Londres): restaurante que bloquea señal celular durante la experiencia
En Inspiras creemos que el bienestar no siempre se construye en grandes decisiones.
A veces, está en pequeños actos de presencia que devuelven lo más esencial: estar ahí.
Y qué mejor momento para recordarlo… que durante tu almuerzo.