Noche Mágica sin Estrellas a la Vista

Por Antonio Vairo

Lo que se vivió en este pasado martes 9 y miércoles 10 abril, fue un auténtico espectáculo dado por los ocho mejores equipos de Europa en los cuartos de final de la Champions League. Partidos con marcadores abultados, goles tempraneros y tardíos, cambios en los marcadores, goles de extrema calidad y cantidad, habiendo visto 18 goles entre los 4 partidos, con una media de 4.5 goles por partido estamos hablando de el sueño de cualquier fanático del fútbol al más alto nivel.

En definitiva se le hizo justicia al lema “Noches mágicas de Champions”. Sin embargo, algo que no se logró apreciar en el cielo de estas noches mágicas, fueron las estrellas que normalmente iluminan el firmamento de la Champions League. Es casi impensable hablar de partidos de este nivel, a estas alturas de la competición sin tener como centro de la conversación a los jugadores que típicamente protagonizan estos espectáculos. Jugadores que con su talento y constancia tienden a aparecer en los momentos más importantes, hitos que consolidan su estatus de estrellas, caminando hacia dejar su marca en la historia del juego y el deporte, brindándoles así el estatus de leyendas. 

Por lo que lo más extraño de estos cuartos de final no fueron los 4.5 goles por partido, sino la ausencia de estas estrellas en la participación de dichos goles, teniendo partidos lamentables reflejados en las calificaciones brindadas a ellos por la plataforma de Onefutbol. Los tres contendientes para el Balón de Oro del presente año, Jude Bellingham (3.9), Erling Haland (4.8), y Kylian Mbappe (3.9), fueron denominados como auténticos fantasmas en sus respectivos partidos. Esto puede ser por varias razones,  desde que se vieron anulados por las defensas que enfocaron sus estrategia en detenerlos, problemas extra cancha, o simplemente que no tuvieron suerte, no fue una buena noche y es algo que puede pasar dado que en fin son seres humanos. 

Pero que le suceda a los tres favoritos para el balón de oro y que esto suceda al mismo tiempo que se presencias partidos tan activos y competidos resulta ser una vista tan poco común como la de un eclipse total.

Pero no hay que olvidar que aunque las estrellas no se vean, están allí, y no dejan de ser estrellas aun que una noche no las alcanzamos a presenciar. Para ser una estrella como lo son estos tres jugadores, son esenciales horas de trabajo arduo, una mentalidad inquebrantable, y ser capaz de demostrar ese talento mentalidad y trabajo en el campo del juego. Para llegar a ese estatus de estrella primero tuvieron que iluminarnos con su fútbol muchas veces antes, y una noche no será capaz de arrebatarles ese estatus. Estoy seguro que en la vuelta de estos cuartos de final de champions estos jugadores vendrán a demostrarnos de lo que están hechos y  de lo que son capaces. Ahora solo nos queda esperar a que pase el día para seguir disfrutando de esas noches mágicas de Champions.

Referencias de Imagen (que pasa image, The independent, Nettavisen)



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